Si su gato no come, esto puede ser motivo de preocupación. Muchos gatos son exigentes, de repente rechazan su comida habitual o rechazan nuevos tipos, un comportamiento que puede tener causas tanto instintivas como de salud.
En nuestra guía le explicamos por qué los gatos son quisquillosos, qué riesgos conlleva el rechazo de la comida y cómo acostumbrar a su gato paso a paso a una alimentación saludable. Con las estrategias adecuadas para cambiar la alimentación de los gatos, incluso el gato más quisquilloso volverá a ser un comilón satisfecho.
El gato rechaza la comida por motivos de salud
Básicamente, cuando un gato rechaza la comida, es importante distinguir: ¿el gato es quisquilloso o come mal, solo come ciertos tipos de comida, o ha cambiado su comportamiento alimentario y de repente rechaza la comida?
Mientras que un «mal» comportamiento alimenticio es relativamente típico en los gatos, la negativa repentina y absoluta a comer o la negativa a comer durante un período de tiempo prolongado es algo que siempre debe tomarse en serio y consultar con un veterinario.
Razones de salud para la negativa a comer en los gatos
Si los gatos dejan de comer de forma repentina o durante un periodo prolongado, puede ser una señal de alerta para su salud que nunca debe ignorar. Entre las posibles razones de salud se incluyen, entre otras:
- Problemas digestivos: muchos gatos rechazan la comida cuando se sienten mal; lamentablemente, a menudo solo se nota externamente cuando ya se encuentran realmente mal. Enfermedades como la gastritis, la obstrucción intestinal, la inflamación del hígado o la pancreatitis pueden reducir considerablemente el apetito del gato.
- Enfermedades renales o hepáticas: la insuficiencia renal crónica o las enfermedades hepáticas suelen ir acompañadas de náuseas, mal aliento y pérdida de apetito, y son la razón por la que los gatos, especialmente los de edad avanzada, dejan de comer de repente.
- Infecciones o enfermedades sistémicas: las infecciones virales (resfriado felino, leucemia felina) o las enfermedades bacterianas pueden provocar fiebre y pérdida de apetito en los gatos, y las infestaciones parasitarias también pueden afectar al apetito de los gatos.
- Dolor o estrés debido a otras enfermedades: dado que los gatos tienden a ocultar el dolor, la negativa a comer suele ser el primer signo visible de que algo no va bien. Enfermedades como la artritis, los problemas cardíacos o los tumores pueden causar malestar general.
- Problemas dentales y bucales: el sarro, la inflamación de las encías o las fracturas dentales pueden causar dolor, y las úlceras e infecciones en la cavidad bucal también pueden provocar pérdida de apetito en los gatos.
Riesgos de la negativa a comer en los gatos: ¿qué pasa si el gato no come?
Los gatos son carnívoros con un metabolismo muy especial. En la naturaleza, cazarían presas con regularidad y comerían varias comidas pequeñas al día para tener un suministro constante de energía. Si no ingieren suficiente energía a través de los alimentos, el cuerpo recurre rápidamente a sus propias reservas de grasa. Esto hace que se transporte una gran cantidad de grasa al hígado, lo que desequilibra el metabolismo de las grasas. Como consecuencia, pueden producirse depósitos e hinchazón en las células hepáticas, lo que da lugar a lo que se conoce como hígado graso. El hígado graso (también conocido como lipidosis hepática felina) puede ser mortal si no se trata rápidamente.
La lipidosis hepática puede afectar a gatos de cualquier edad, pero es especialmente frecuente en gatos con sobrepeso, ya que estos pueden descomponer una gran cantidad de grasa corporal y, además, tienden a la resistencia a la insulina.
A modo orientativo, los gatos adultos sanos no deben dejar de comer durante más de 24 horas, pero en el caso de los gatos jóvenes, viejos, enfermos o con sobrepeso, el riesgo aparece mucho antes.
Si su gato deja de comer repentinamente, sin motivo aparente, o no come durante un período prolongado, debe acudir al veterinario para aclarar si hay razones de salud que expliquen su rechazo a la comida.
Info-Naturavetal®
Ayudar a los gatos exigentes
Si su gato deja de comer de repente o se vuelve selectivo con la comida, lo primero que debe hacer es descartar causas de salud acudiendo al veterinario. Esta guía está dirigida exclusivamente a gatos sanos que rechazan por principio los alimentos nuevos o los cambios de variedad, y muestra cómo puede acostumbrar paso a paso a los gatos quisquillosos a nuevos alimentos, sin estrés para usted ni para su gato.
El gato no come: razones conductuales del mal comportamiento alimentario en los gatos
Ya en el útero, los gatitos aprenden lo que su madre come y lo que no. Esta educación del gusto continúa después del nacimiento: los gatos jóvenes aprenden a conocer los sabores y las texturas y, por lo general, se mantienen fieles a ellos durante toda su vida.
Este comportamiento, también conocido como «preferencia alimentaria neófoba», tiene un trasfondo evolutivo y, en la naturaleza, sirve para protegerse de los peligros. El gato es cauteloso por naturaleza y muy escéptico ante los alimentos nuevos. Hay muchas razones para ello:
- Protección contra el envenenamiento: todo lo que es desconocido en la naturaleza puede ser potencialmente tóxico. Un animal que come sin dudar alimentos nuevos tiene un mayor riesgo de enfermar o morir, la neofobia reduce este peligro.
- Fuentes de alimento seguras aprendidas: los gatitos aprenden pronto (entre la cuarta y la séptima semana de vida), observando a la madre y probando por sí mismos, qué alimentos son seguros. Estas primeras experiencias suelen marcar de por vida la aceptación de determinados tipos de alimentos.
- Combinación de instinto y experiencia: si un gato ha comido un determinado alimento muchas veces sin sufrir consecuencias negativas, su cerebro almacena esta experiencia como «segura». Los alimentos nuevos deben «probarse» primero, pero esto suele hacerse con reticencia y en cantidades muy pequeñas.
- Aversión condicionada por el sabor: si un gato tiene una experiencia negativa después de comer una comida determinada y, por ejemplo, siente dolor de estómago, náuseas o vómitos, asociará fácilmente esta experiencia con la comida. Y esto independientemente de si la experiencia fue realmente provocada por la comida. A menudo, un solo incidente negativo, como un susto, es suficiente para que rechace ese alimento de forma permanente. Esta es la razón por la que muchos gatos desarrollan aversión a su comida favorita después de una enfermedad o un tratamiento médico. Este mecanismo es más pronunciado en los gatos que, por ejemplo, en los seres humanos.
El rechazo a la comida es más frecuente en los gatos domésticos que en los gatos callejeros
Los gatos domésticos son más «quisquillosos» y rechazan lo nuevo con más vehemencia, ya que a menudo, desde que son gatitos, se les mantiene en un entorno controlado en el que los humanos determinan qué comida se les da. Si la madre no trae a casa presas variadas y la comida de la gata madre, al igual que la de los gatitos, es siempre la misma, los gatitos no aprenden a dar una oportunidad a lo nuevo y a probarlo.
Por lo tanto, al criar gatitos jóvenes, debe dar mucha importancia a que tanto la madre como los gatitos reciban una alimentación lo más variada posible. Diferentes consistencias de alimentos, sabores, fuentes de carne, tipos de alimentos como comida húmeda, BARF y también pienso prensado en frío y snacks en cantidades adecuadas, deben ser conocidos ahora tanto por la madre como por los gatitos, para que se establezca una asociación positiva con los diferentes tipos de alimentos. A largo plazo, esto puede evitar problemas más adelante si, por ejemplo, hay que cambiar la alimentación debido a enfermedades como alergias o similares.
El gato rechaza la comida: La paciencia tiene su recompensa
Que los gatos domésticos puedan ser malos comedores es algo que llevan en los genes y que a menudo se ve reforzado por el entorno controlado que los humanos creamos al criar a los gatitos, lo que fomenta aún más este comportamiento. Sin embargo, aunque su gato doméstico sea exigente con la nueva comida, merece la pena cambiar a una alimentación natural, saludable y adecuada para su especie, como Felins Plus®, aunque requiera paciencia. Conviértalo en su mantra personal: con paciencia y constancia, el cambio de alimentación de los gatos tendrá éxito.
Prepárese para la resistencia, ya que es algo natural en los gatos. Los gatos también dominan la proverbial «mirada de cachorro» y, si eso no da resultado, recurren a un impresionante repertorio de expresiones faciales, vocalizaciones y dramatismos para conseguir su comida habitual y, en la mayoría de los casos, se salen con la suya. Como propietario de un gato, usted sabe mejor que nadie lo convincente que puede ser su gato y cuántas veces ha cedido y pensado que el cambio de alimentación de su gato nunca funcionará. La paciencia y la constancia son la clave para que el cambio de alimentación tenga éxito.
Qué hacer si el gato no come: consejos para cambiar la alimentación de los gatos
Debido a las predisposiciones especiales de los gatos mencionadas anteriormente, hay dos variantes que han demostrado su eficacia a la hora de cambiar la alimentación de los gatos:
Ofrecer un segundo cuenco con la nueva comida
Con esta variante, seguirá alimentando a su gato con la comida habitual, pero colocará otro cuenco junto al cuenco de comida, en el que pondrá una pequeña cantidad de la nueva comida. Es muy probable que su gato ignore este cuenco al principio, pero percibirá el olor de la nueva comida mientras come y poco a poco se acostumbrará a él y asociará este olor con algo positivo. Dependiendo de cómo haya sido educado su gato en su juventud, es posible que necesite algo de tiempo hasta que esté dispuesto a probar el nuevo pienso.
Es muy importante que se asegure de que el gato no establezca una asociación negativa con el nuevo alimento del segundo cuenco (y, por supuesto, tampoco con su antiguo alimento). Por lo tanto, al principio ofrézcale solo una pequeña cantidad, que sacará cada vez directamente de la lata. No presione a su gato ni le obligue a inspeccionar el nuevo alimento más detenidamente.
Introducir la nueva comida poco a poco
En esta variante, mezcle la comida antigua con la nueva. Sin embargo, al principio utilice solo una pequeña cantidad de la nueva comida y reduzca la antigua en la misma cantidad. Si su gato come bien esta mezcla, puede aumentar la cantidad de comida nueva. Dependiendo del carácter del gato, puede tardar entre 2 y 4 semanas en aumentar poco a poco la cantidad de comida nueva, mientras reduce la cantidad de comida antigua, hasta que ya no necesite la comida antigua.
La cantidad inicial de comida nueva que utilice dependerá de su gato. Es posible que tenga que empezar con una pizca si su gato es especialmente quisquilloso. También en este caso, no le presione y asegúrese de que su gato no establezca asociaciones negativas con la nueva comida.
Dado que al principio solo necesitas una pequeña cantidad del nuevo alimento con ambas opciones, te recomendamos congelar el nuevo alimento en cubiteras pequeñas y descongelar solo un cubito a la vez para evitar desperdiciar tanta comida.
Más consejos para cambiar la alimentación de los gatos
Deje que su gato coma tranquilamente y alimente a varios gatos por separado si esto provoca estrés entre ellos.
Nuestra mousse de pollo Felins Plus® se caracteriza por una consistencia especialmente cremosa y suave que resulta muy atractiva para muchos gatos. Especialmente si cambia la alimentación de su gato por primera vez a una base natural, como Felins Plus®, puede ser útil empezar con nuestra mousse de pollo o mezclarla en pequeñas cantidades con la comida habitual para aumentar la aceptación del alimento.
El aceite de Salmón, el pescado, la leche entera en polvo de cabra o el aceite de coco también pueden aumentar la aceptación de la comida por parte del gato durante el cambio de alimentación.
Puede calentar ligeramente la comida (hasta un máximo de 38°C) para que alcance la «temperatura corporal» y le recuerde al gato a una presa recién cazada. Muchos gatos rechazan la comida cuando sale recién del frigorífico.
Lo mejor es darle varias comidas pequeñas y frescas al día, ya que esto se ajusta a la naturaleza de su gato: en la naturaleza, cazaría varias veces al día.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo se puede llevar a cabo con éxito un cambio de alimentación en gatos domésticos. Usted es quien mejor conoce a su gato, así que decida cuál de estos consejos podría funcionar mejor en su caso y pruébelo primero. Si tiene alguna pregunta, no dude en ponerse en contacto con nuestro equipo de expertos.
¿Desea obtener más consejos sobre el cambio de alimentación para gatos domésticos? Entonces, eche un vistazo a nuestra página «Cambio de alimentación en gatos y otros consejos».
Diseñar correctamente el lugar donde come: un factor influyente subestimado en el comportamiento alimentario de los gatos
Los gatos son muy diferentes en cuanto a sus preferencias personales en cuanto al diseño de su comedero. Por lo general, recomendamos utilizar cuencos y platos de cerámica o materiales similares y evitar el plástico. El comedero y la bandeja sanitaria no deben estar en la misma habitación. Además, muchos gatos prefieren que se les ofrezcan diferentes opciones para beber y no solo un cuenco de agua situado muy cerca del comedero.
Además de estas recomendaciones básicas para el diseño del comedero de los gatos domésticos, hay otros factores que influyen en si a tu gato le gusta usar el comedero y en qué medida lo hace.
El gato no come: ¿qué hacer si al gato no le gusta el lugar donde come?
Los malos hábitos alimenticios son relativamente típicos en los gatos y pueden deberse a varias razones, pero, lamentablemente, una de ellas se pasa por alto o se subestima con demasiada frecuencia: el gato no come porque su zona de alimentación no satisface sus necesidades. Hay varios factores que pueden provocar esto:
Experiencias traumáticas: los gatos que han tenido malas experiencias al comer, por ejemplo, porque han sido maltratados, han tenido que luchar por la comida o han vivido en la calle, prestan mucha atención a la ubicación de su comedero. Algunos gatos prefieren «el campo abierto», es decir, un comedero que les ofrezca posibilidades de huida en todas las direcciones. Otros gatos prefieren lugares altos o elevados para comer, ya que desde allí pueden ver mejor su entorno. Por supuesto, también hay gatos domésticos que prefieren esconderse para poder comer relajados. Usted es quien mejor conoce a su gato y su historia, así que pruebe diferentes lugares para comer y descubra cuál prefiere su gato.
Estrés de los bigotes («Whisker Stress»): Los bigotes son un órgano sensorial importante para el gato. Sirven principalmente para orientarse, especialmente en entornos oscuros, y son importantes para localizar a sus presas durante la caza. Además, su posición también indica el estado de ánimo del gato. Están conectados a muchas terminaciones nerviosas y, por lo tanto, son extremadamente sensibles (el gato puede percibir con ellos los remolinos de aire y seguir así el movimiento de su presa). Si los bigotes chocan constantemente contra el borde del cuenco al comer o beber porque este es demasiado profundo o estrecho, esto puede provocar una sobreestimulación que puede causar estrés al gato. Esto puede provocar un comportamiento ansioso o agresivo en el comedero, el gato puede negarse por completo a comer o beber, o puede empezar a sacar la comida del comedero para esparcirla por el suelo y comerla allí. Los comederos y bebederos planos y anchos son más adecuados para los gatos que sufren estrés por los bigotes, ya que el gato no puede golpear tan fácilmente el borde del comedero con los bigotes.
Estrés de los bigotes («Whisker Stress»): Los bigotes son un órgano sensorial importante para el gato. Sirven principalmente para orientarse, especialmente en entornos oscuros, y son importantes para localizar a sus presas durante la caza. Además, su posición también indica el estado de ánimo del gato. Están conectados a muchas terminaciones nerviosas y, por lo tanto, son extremadamente sensibles (el gato puede percibir con ellos los remolinos de aire y seguir así el movimiento de su presa). Si los bigotes chocan constantemente contra el borde del cuenco al comer o beber porque este es demasiado profundo o estrecho, esto puede provocar una sobreestimulación que puede causar estrés al gato. Esto puede provocar un comportamiento ansioso o agresivo en el comedero, el gato puede negarse por completo a comer o beber, o puede empezar a sacar la comida del comedero para esparcirla por el suelo y comerla allí. Los comederos y bebederos planos y anchos son más adecuados para los gatos que sufren estrés por los bigotes, ya que el gato no puede golpear tan fácilmente el borde del comedero con los bigotes.
Más información y preguntas frecuentes (FAQ) sobre el tema «Mi gato no come»
Un gato deja de comer cuando tiene problemas de salud, como trastornos digestivos, dolor de dientes o infecciones. Sin embargo, la pérdida repentina de apetito en los gatos también puede deberse al estrés, a cambios en la alimentación o a cambios en el entorno. Si su gato no come nada durante más de 24 horas, debe acudir al veterinario sin falta.
Si un gato sano no come nada durante más de 24 horas, la situación puede ser peligrosa. La pérdida de apetito en los gatos provoca rápidamente problemas hepáticos o deshidratación. Los gatos jóvenes, los gatos mayores o los gatos enfermos necesitan atención médica inmediata. Un veterinario puede determinar si hay dolor, enfermedades internas o infecciones.
Si el gato no come, los remedios caseros como la comida húmeda ligeramente calentada, el pollo triturado, el aceite de salmón, el pescado, la leche entera en polvo de cabra o el aceite de coco pueden ayudar a estimular el apetito del gato. Sin embargo, es importante que los remedios caseros solo se utilicen como apoyo. Si el gato come mal durante un periodo de tiempo prolongado, es necesario acudir al veterinario para determinar la causa.
El estrés es a menudo el desencadenante cuando los gatos rechazan la comida. Una mudanza, nuevos compañeros de piso (tanto personas como otros animales), ruidos u olores desconocidos pueden provocar pérdida de apetito en los gatos. En estos casos, es útil proporcionar un entorno tranquilo para comer, horarios fijos para las comidas y suficientes lugares donde refugiarse. Además, se puede complementar temporalmente con nuestro Felins Plus® Paz y equilibrio para ayudar al gato a superar más fácilmente las situaciones estresantes. Si este comportamiento se prolonga durante varios días, se debe acudir al veterinario para comprobar si hay razones de salud que expliquen por qué el gato no come.
Cuando los gatos se mueven menos debido a la edad y, por lo tanto, consumen menos energía, esto puede influir en su comportamiento alimentario (encontrará más información sobre la alimentación de gatos mayores en nuestra guía «Alimentación para perros y gatos mayores»). Sin embargo, en los gatos mayores, la falta de apetito suele ser un indicio de problemas relacionados con la edad, como problemas dentales, enfermedades renales o artrosis. Por lo tanto, la falta de apetito en los gatos mayores siempre requiere mucha atención, ya que los gatos mayores pierden peso y se debilitan más rápidamente. Si nota que su gato mayor cambia repentinamente sus hábitos alimenticios, debe consultar al veterinario.
Si un gato sano no come, puede ponerse en peligro rápidamente. Tras solo 24 horas sin comer, aumenta el riesgo de sufrir una esteatosis hepática que puede poner en peligro su vida. Sin embargo, en el caso de gatos jóvenes, mayores, enfermos o con sobrepeso, el riesgo puede aparecer mucho antes. Por lo tanto, siempre se debe acudir al veterinario si los gatos dejan de comer de forma repentina o durante un periodo prolongado.
Hay varias enfermedades que pueden provocar la pérdida de apetito en los gatos, entre ellas los problemas dentales, la insuficiencia renal, los parásitos o el dolor. También las enfermedades crónicas como la diabetes o el hipertiroidismo pueden hacer que un gato deje de comer. Por lo tanto, es muy importante que un veterinario realice un diagnóstico en caso de pérdida de apetito prolongada.
Los gatos son auténticos maestros a la hora de ocultar el dolor. Los signos pueden ser un cambio de comportamiento, retraimiento, disminución de la actividad, pelaje erizado o aumento de la lamida de una zona concreta del cuerpo. Si el gato de repente come menos o muestra una pérdida total de apetito, esto también puede ser un indicio de dolor. Si le preocupa que su gato pueda tener dolor, debe llevarlo al veterinario para que lo examine.
Si tiene alguna pregunta, no dude en ponerse en contacto con nosotros por teléfono. Estaremos encantados de asesorarle. Puede localizarnos de lunes a viernes de 9.00 h a 14.00 h en el 872 20 81 41 o por correo electrónico en: info@naturavetal.es.