Especial perro de avalanchas: ¡Ivy, la labrador en acción!

Algunas historias te conmueven de una manera especial. Para nosotros, éstas son las historias en las que perros y humanos colaboran estrechamente y con confianza para poder enriquecer, o incluso salvar, la vida de otras personas. Ya hemos presentado a Alaska y Lou, que trabajan como perros de terapia. Nuestro especial mantrailing trata sobre perros rastreadores y en nuestro especial perros de rescate de montaña presentamos a Merlin, que trabaja como perro de avalanchas. Esta vez se trata de la labrador Ivy. Ella también es un perro de avalanchas y su dueño Egon Kaufmann, que trabaja como adiestrador voluntario de perros de avalancha y búsqueda en el Servicio de Rescate de Montaña del Tirol, nos cuenta la trayectoria del labrador hembra Ivy y una misión que tuvo lugar el 17 de diciembre de 2019 en las montañas tirolesas de Kalkkögel, en la que Ivy pudo salvar una vida humana de forma inolvidable.

Ivy, la labrador: El entrenamiento para convertirse en un perro de acalanchas

IIvy, una perra labrador negra, llegó a mí cuando tenía 8 semanas de edad. Pasó los dos primeros años de su vida creciendo junto a mi perro Nico, un pastor negro de pelo largo que también trabajó como perro de avalanchas.

Incluso a esta temprana edad, la perra labrador Ivy comenzó su adiestramiento como perro de avalanchas y búsqueda en el Servicio de Rescate de Montaña del Tirol. Incontables horas de entrenamiento tuvo que completar en las primeras semanas, meses y años. En abril de 2019, pude obtener la cualificación operativa con Ivy.

Ivy, la labrador: El perro de avalanchas en acción

Entonces llegó el 17 de diciembre de 2019. A las 9:45 de la mañana en punto, era justo la hora del recreo en mi escuela, llegó la alerta a través del busca. "Avalancha en Axamer Lizum". Informé al centro de control del Tirol por radio digital de que estaba listo para la acción, ya que normalmente tengo a Ivy a mi lado en la escuela y mi mochila y equipación siempre están preparados. Debido a un retraso, el helicóptero no me recogió hasta las 10.12 horas. El vuelo hasta el lugar del accidente duró otros 20 minutos. En el helicóptero me dijeron que sin duda había una persona sin transceptor de aludes atrapada bajo las capas de nieve. Además, no se permitía la presencia de otros equipos de búsqueda en la zona, ya que el peligro de avalanchas secundarias era muy alto.

Por lo tanto, estaba claro que sólo mi perra podía ayudar a localizar a la víctima enterrada lo antes posible. Después de este tiempo, la supervivencia estaba casi descartada.

Ivy, la labrador: El rescate con el perro de avalancha

Cuando llegamos a Axams, primero tuvimos que aterrizar en el aparcamiento. Ivy y yo tuvimos que ser llevados a la avalancha mediante una cuerda, ya que el terreno era muy escarpado. Cuando el rescatador de vuelo me dejó en la avalancha y envié a Ivy a buscar, esta tardó menos de dos minutos en empezar a cavar en la nieve. Apenas podía creerlo cuando sentí el cuerpo de un ser humano en el lugar de búsqueda de la tercera sonda. Junto con mi amigo Manfred Prantl, adiestrador canino, empezamos inmediatamente a desenterrar a la víctima de la avalancha. Primero dimos con la mochila del montañero. Luego reconocimos el pelo e inmediatamente supimos dónde encontrar la cabeza y la boca para los primeros auxilios. A Manni y a mí nos recorrió un escalofrío cuando la persona sepultada se arrimó a nosotros para descubrir su boca. Con todas nuestras fuerzas, conseguimos entonces dejar al descubierto todo el cuerpo de la víctima.

Como la avalancha estaba tan expuesta, se llevó a cabo un "rescate de urgencia". La víctima de la avalancha fue trasladada en avión al hospital y fue dada de alta al día siguiente tras pasar la noche en el hospital.