Especial perro de rescate de montaña. Merlin el goldendoodle de la familia Naturavetal®

Siempre nos ha entusiasmado cómo los perros pueden enriquecer la vida de sus dueños y también qué tareas y actividades pueden hacer florecer a un perro.

Un perro no es sólo un miembro de la familia, sino también alguien que puede proporcionar un excelente apoyo a las personas en su trabajo. Ya sea como perro de terapia, como Lou o Alaska, como perro de avalanchas, como el labrador Ivy, como perro rastreador para el mantrailing o como perro de rescate en montaña, los perros pueden utilizarse en diversas áreas de trabajo y hacer un excelente trabajo lleno de entusiasmo.

Su capacidad de concentración, resistencia y fuerza dependen decisivamente de su alimentación, porque sólo un perro sano es capaz de desarrollar todo su potencial.

Todos los amantes de los perros han oído hablar de ellos: perros de rescate especialmente adiestrados que ayudan a sus dueños en operaciones de salvamento. Pero, ¿cómo es en realidad el despliegue de un perro de rescate de montaña? ¿Qué caracteriza a un buen perro de rescate de montaña y qué cualidades especiales debe tener?

En este artículo, el goldendoodle Merlin, un perro de rescate de montaña profesional austriaco de 7 años y gran admirador de Naturavetal, nos habla de su carrera y de su vida cotidiana con su maravillosa familia.

Sí, has leído bien, soy un goldendoodle y un perro de rescate de montaña. Seguramente te preguntarás cómo me he convertido en perro de rescate de montaña y cuáles son mis tareas. Herrli y yo hemos decidido formarnos como perro de búsqueda y rescate en avalanchas. Para que te hagas una idea, te contaré una misión:

Merlin, un perro de rescate de montaña en acción

Herrli tiene un aparato rectangular, la gente lo llama teléfono móvil, y a veces, cuando hace ruido, en casa todo el mundo se pone muy nervioso y gritan que tengo que ir inmediatamente. Entonces mi familia me dice que alguien ha llamado al servicio de rescate de montaña y necesita mi ayuda. Herrli se cambia, se pone mi traje favorito, yo cojo mi collar del servicio de rescate de montaña y luego corremos al coche y pisamos el acelerador.

A veces vamos en coche directamente al lugar, pero es aún más divertido si nos recogen en helicóptero en un lugar acordado de antemano. Tienen que saber que me encanta volar en helicóptero. Cuando estamos en la avalancha, Lorenz, que es el jefe de mis amigos, nos dice dónde buscar. Espero a que mi amo me ponga el arnés de búsqueda amarillo y entonces tengo que concentrarme totalmente, ignorarlo todo y limitarme a escuchar a mi amo. Entonces él me indica con señales de mano en qué dirección debo correr. Tengo que concentrarme mucho, porque en cuanto capto un rastro, lo sigo. Cuando estoy muy cerca del rastro, empiezo a ladrar fuerte. Esto es muy importante porque indica a mi amo que he encontrado a alguien y que tiene que venir aquí. Entonces Herrli puede clavar un palo muy largo, él lo llama sonda, en la nieve y sabe si he acertado o no. Si es así, de repente vienen muchos de mis colegas humanos y empiezan a cavar. Por desgracia, a mí no me dejan participar, aunque tengo que decir que se me da muy bien cavar. Aguanto unos 15 minutos, luego necesito un descanso, pero después puedo buscar dos veces más.

Después, me siento totalmente satisfecho y espero con impaciencia un tentempié en casa, que mis dos dueños sin pelo siempre me preparan enseguida, y normalmente incluso me dan un huevo, porque es mi comida favorita. Es importante que me den comida energética, ya que necesito mucha energía cuando salgo, pero también cuando entreno.

También puedo buscar en el bosque, los prados y las montañas en verano, lo que el jefe llama rastrear, pero me divierto más en la nieve.

Perro de avalanchas en formación: La carrera de Merlin

Ahora que ya sabes cómo funciona, me gustaría explicarte cómo me convertí en perro de rescate de montaña.

Mi familia me recogió cuando tenía ocho semanas, enseguida supe que eran la mejor familia del mundo y ellos decían lo mismo de mí. Los tres primeros meses con mi familia fueron muy agradables, tenía una hermana mayor, un husky, y un jardín muy grande donde retozaba con mis hermanos sin pelo. Cuando tenía unos cuatro meses, conocí a Lorenz y como nunca había ladrado, mi familia me puso una correa en un árbol del jardín e hicieron travesuras delante de mí hasta que me puse tan exuberante que ladré. Cada vez que ladraba, me daban una golosina. Cuando pude ladrar bien y tenía unos seis meses, Herrli y yo fuimos al centro de adiestramiento por primera vez. Allí conocí a todos mis amigos actuales.

Desde entonces, entrenábamos en el grupo grande seis veces al año durante dos o cuatro días cada vez, y luego entrenábamos en un grupo más pequeño cada quince días. Mi dueño me había comprado especialmente una salchicha para morder. Pero no se me permitía jugar con ella así como así, tenía que ganármela.

Un figurante, colega de Herrli, se esconde con ella. Cuando lo encuentro, tengo que ladrar y sólo entonces empieza a jugar conmigo. Te digo que siempre merece la pena el esfuerzo, porque jugar es muy divertido. Después de tanta búsqueda, hago una pausa y le toca a uno de mis amigos practicar con Herrli. A veces Herrli se esconde y es el figurante de uno de mis amigos.

¿Qué requisitos deben cumplir el perro de rescate de montaña y su dueño?

Como perro de avalanchas, dicen Herrli y su jefe, debes tener un olfato largo y afilado para poder captar y seguir los olores especialmente bien. Lo ideal es que el adiestramiento empiece a los seis meses, como me ocurrió a mí, que me jubilaré con unos diez años, así que aún me queda mucho trabajo por hacer antes. Mi Herrli también necesitó formación, ya que es rescatador de montaña. Pero tengo que decir que con sus dos esquís no tiene ninguna posibilidad contra mis cuatro patas, nunca me ha ganado, aunque es muy rápido.